miércoles, 25 de marzo de 2015

Cólico del lactante.

El cólico del lactante, es un trastorno sumamente típico de los primeros meses de vida, que se caracteriza por un llanto intenso y prolongado sin causa aparente. 
La definición más extendida de los cólicos del lactante los describe como episodios de llanto intenso y vigoroso al menos 3 horas al día, 3 días a la semana durante al menos tres semanas en un bebé sano y bien alimentado.
La máxima incidencia se encuentra hacia las 6 semanas de vida. Se considera más frecuente en el primer hijo y en hijos de fumadores. No se han encontrado diferencias en cuanto al sexo del bebé, el tipo de alimentación (lactancia materna o artificial) o el nivel socioeconómico familiar. 
La causa exacta de los cólicos del lactante todavía se desconoce, aunque se piensa que podría tratarse de una alergia a las proteínas de la leche de vaca consumida por el lactante o por la madre.  
Los cólicos se deben a contracciones espasmódicas del músculo liso del intestino, favorecidas por la inmadurez del aparato digestivo de los lactantes.;también podría influir la dificultad para expulsar los gases o alteraciones de la flora intestinal. 
Dentro de los factores dietéticos, una de las causas implicadas en algunos niños es la alergia a las proteínas de la leche de vaca, eso explica que los lactantes afectados a veces mejoren al usar una fórmula láctea especial o al retirar los lácteos de la dieta de la madre si recibe leche materna; también se ha propuesto la intolerancia a la lactosa como causa de estos cólicos, pero es muy poco frecuente a esas edades y el uso de leches sin lactosa no se ha mostrado eficaz.
Es importante acudir al pediatra al detectar los primeros síntomas, para poder descartar cualquier otra enfermedad que presente síntomas parecidos. 
Pese a los trastornos y preocupaciones que generan estos cólicos, lo cierto es que se acaban resolviendo por sí solos hacia los tres o cuatro meses de edad, sin afectar al crecimiento y al desarrollo del bebé.  
Los problemas más importantes que pueden surgir son los debidos a la desestabilización familiar cuando la familia no se adapta adecuadamente, con riesgo de conflictos de pareja o maltrato infantil secundario.